caminamos desde temprano en la mañana (ya desde varios días anteriores), mirando lugares hermosos, por ríos bajitos y con los pies entre el agua, las piedras y el barro.
Éramos muchos pero me importaban pocos pero mucho y nos divertíamos y era bueno estar juntos y estar ahí caminando y hablando -supongo-, riéndonos, compartiendo el día y el camino.
A la tarde terminamos en la playa, con calor, nos sumergimos en el Mediterráneo. Éramos cinco o seis y no recuerdo a cada uno exactamente pero sí la conexión, el agua hasta la cintura, el sol cayendo y la alegría profunda.
5 comentarios:
Esos días (yo recuerdo algunos en mi vida, con menos mediterráneo, más Paraná o Suquía). Qué buenos días.
Por aquí tenemos río que llamamos mar, hace un tiempo estuve en un pueblo donde el bulevar era río (no era trágico entonces se podía disfrutar) y pienso en agua y pienso bien, a pesar de los pesares.
y yo que a veces me conformo con una pelopincho!
En Córdoba tenemos un Bulevar que es un arroyo, se llama La Cañada, ni se imagina lo lindo que es.
Anto: pelopincho, manguera, ¡linda mezcla sol y agua, en cualquiera de sus combinaciones! Decí que ahora entramos en la época de las aguas y el sol suavecito...
Yaya: ¿cómo es eso? ¿es bulevar o arroyo? (también puedo buscar en google, también podés contar).
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