"La niña que miraba al infinito". Así se llama esta pintura que encontré en las imágenes de Google buscando "infinito".Porque ésa fue una de las palabras que se me ocurrió para buscar una imagen para lograr una inspiración para ponerme a escribir aquí.
El infinito me gusta..."¿qué quiere decir que te gusta el infinito?", pregunta una de mis voces limitantes o ...no me sale la palabra. Me gusta "te quiero hasta el infinito" y pensar que existe el infinito. A veces el concepto también asusta. Cuando era chica, antes de saber que la tierra era redonda, me imaginaba (puedo verlo todavía en imágenes mentales) que se llegaba como a un muelle, y ahí era oscuro y ahí se terminaba el mundo. Cuando vi "The Truman Show" me acordé también de eso. Me gusta la discusión sobre las paralelas que se juntan en el infinito, pasé ratos largos discutiendo con el profe de matemáticas, así como con el de historia, o con un rabino que nos quería explicar, porque quería entender.
Me gustan las infinitas posibilidades, del mundo, de la vida, las infinitas sorpresas, me gusta cuando estoy más abierta a lo infinito y aunque tengo miedo me zambullo y no me importan los escollos.
4 comentarios:
Mi hija dice, que viene después del 20 millones cuatrocientos noventa mil y no sé cuantos. Y viene tal, y después? tal... Y no se acaban los números? No, es infinito. Y esa abstracción es tan difícil de explicar, y tan misteriosa.
Me hizo acordar a Roman De La Rose con eso de que "Dios es una esfera cuyo centro está en todas partes y su circunferencia en ninguna" y lo ofrecía a Dios como algo inteligible, no a pesar de esa definición, sino en virtud de la misma.
En realidad el infinito no existe, por eso es infinito, sino seria finito...es el tipo de palabra que define algon indefinible...Yo creo que el tiempo es circular, que vivimos en una enorme ilusión; que pasamos permanentemente por el mismo sitio, pero al cambiar el escenario creemos que estamos en otro lugar o en otro espacio...y no sigo porque me enrrollo y termino escribiendo un Quijote.
beso
marcelo
Son esas cosas (infinito, eterno, amor) que nos obsesionan de chicos y después de grandes tenemos que buscarlas en el Google para ver si nos inspiran algo.
(La ironía no es para usted, más bien es una reflexión personal con olor a naftalina. De vez en cuando me sucede recordar cómo era sentir a los 17 años y con la piel erizada, y era mágico y ahora es bastante difícil. Pero estoy cediendo a la nostalgia fácil: no sé si era más sensible que ahora, o simplemente usaba otro suavizante para la ropa)
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