Ayer luché para acostarme a una hora razonable: hoy tenía un compromiso a la madrugada (¿ocho de la mañana? no estaba segura, pero no quería que me sorprendiera con la almohada pegada).
Puse veinte despertadores y dormí con los zapatos puestos. Y milagrosamente me levanté.
Preparé café, me lo tomé, puse la casa en orden, esperé.
El timbre no sonó. Seguí esperando. Aproveché para bobear. Me dormí una siestita. Bobeé.
(...)
A veces los puntuales también tienen sus olvidos.
Y ya es mi hora. Otra vez voy a llegar por los pelos. Así soy, casi que siempre, ya no impuntual, ya no quejosa, y tengo que correr, con la almohada pegada.
miércoles, junio 21, 2006
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6 comentarios:
Todas esas precauciones resultan en apariencia muy eficaces. Otro método que yo he utilizado es el de no acostarme, como quien dice: já! dormirme jamás, porque no me he acostado! Por supuesto que esto no nos libra de la cara de sueño que invariablemente hacia la tarde se va convirtiendo en cara de ruina material y también espiritual porque el cuerpo es el templo del alma, como decía el cura de mi colegio primario.
Comparto con usted que las 8 de la mañana es justamente la madrugada y, dicho sea de paso, le comento que odio la madrugada.
Mis mas sinceros saludos a otra nictálope!
Tengo uno de esos despertadores molestos pero, al segundo BIP, lo apago y me levanto de la cama.
Pregunta: los impuntuales son ordenados?
JM: Cuando era MÁS joven, solía usar ese método. Llegaba un momento en que la vigilia me producía un efecto de lucidez extrema, impresionante. Hoy me produce efecto cámara lenta. ¡Ay los viejos tiempos! Pero igual a veces me resisto.
Y encontré "nictálope", ¡contigo mi vocabulario crece!!
***seis***: ¿dónde se consigue tu despertador?
Ahora, con tu pregunta me mataste: ni cuando era impuntual era ordenada, pero creo que eso también se lleva en lo genes (aunque hay quienes hablan de hábitos, voluntad y soluciones).
Frog, una vez, me levanto para ir al laburo (nunca entro antes de las 11) y llovía a càntaros. No podía salir de casa, no había taxis. Llamo a mi jefa y le digo y me dice, vení más tarde. Me tiré en la cama (peligro!) y miraba la lluvia. Cuando me desperté (chan!) tenía el sol en la cara. Había parado de llover, salió el sol, el mundo andaba y yo torraba!!! No tenía idea cuando había salido el sol... traté de despegarme la almohada y me fui al laburo (eran las 14) El resto no me acuerdo.
¡Ah Ross! ¡Eso me encantó! ¡Yo quiero una jefa así! ¡Y sobre todo siestas con todos los climas!!
ChiriClon: ¡No te persigas! Me gustan tus anésdotas.
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